La teoría funcionalista
sugiere que las sociedades se valen de diferentes mecanismos propios que las
ayudan a controlar sus conflictos y a regular las normas por las que se rigen
en su medio.
A mediados del siglo XX,
Harold Lasswell publicó sus obras “Propaganda
en la Guerra Mundial” (1927) y “Política mundial y la inseguridad personal ” (1935) y con estas nace la
teoría funcionalista de la comunicación.
Esta teoría establece que
los medios de comunicación emiten mensajes con la única intención de poder
influir en el comportamiento y en la forma de pensar del receptor. Para poder
lograr esto, el emisor debe hacerse las siguientes preguntas: ¿Quién?, ¿Qué?,
¿A través de que medio? y ¿Con qué efecto?
Mediante una serie de
divisiones realizadas por el emisor, este puede regular la forma en la que
receptor va a responder. Se evalúa constantemente al receptor: sus
conocimientos, su comportamiento, sus actitudes, sus emociones y sus opiniones.
La teoría funcionalista
también habla sobre como los gobiernos influencian los medios de
comunicación. Se establece que gracias
estos es que los medios cumplen con la función de mantener, de cierta forma,
controlada a las sociedades a través de la emisión de diversos mensajes.
Según Lasswell, el
proceso de comunicación cumple con tres funciones:
·
La vigilancia del entorno: Todo aquello que puede afectar el sistema
de valores y conocimientos de una sociedad.
·
La relación de los componentes de la sociedad para producir una
respuesta al entorno: Informarse acerca de las acciones que se pueden tomar ante
cualquier acontecimiento que cambie la forma en la que funciona la sociedad.
·
La transmisión de la herencia social: Se “establecen” una serie de
pautas sobre como seguir formando parte de la sociedad de una generación a la
siguiente.
Bibliografía:
A. Mattelart, M.
Mattelart. (1995). Historia de las teorías de la comunicación. España
http://communicationtheory.org/wp-content/uploads/2010/01/harolddwightlasswell.png (Link de la foto)
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